Es una muestra de la vida en Europa

lunes, mayo 08, 2006

Rumania






A quien piensa en Rumania, posiblemente lo primero que le viene a la mente es el conde Drácula y la región de Transilvania, elementos que fueron dados a conocer gracias a la novela de Bram Stoker, pero Drácula[1] en realidad cuyo verdadero nombre era Vlad Tepes, nació en Sighisoara (Transilvania) en 1431, y es uno de los personajes más queridos por el pueblo rumano.

Bucarest es la capital de Rumania, también llamada a partir de los años 20 pequeño París, por sus grandes museos, salones literarios y artísticos, cafés al aire libre en amplios bulevares y edificios públicos neoclásicos obra de arquitectos franceses. La Ciudad ha cambiado mucho en los últimos años, se dice que zonas enteras durante la dictadura de Nicolae Ceausescu desparecieron y fueron sustituidas como observamos por obras de dudoso gusto.

A la llegada a esta ciudad a la medianoche, nos vimos en la tarea de localizar hospedaje, cosa que resultó algo fácil dado que uno de nuestros compañeros de viaje había realizado con anticipación. El lugar, viejo y descuidado, dada la sensación de haber sido protagonista de alguna novela de misterio, pero aún así con sus cortinas rojas y el baño fuera de la habitación, al final de un pasillo lúgubre, creaba una experiencia interesante en una aventura hacia el mundo de los vampiros.

A la mañana siguiente, nos trasladamos en metro a la estación de trenes, para tomar uno con destino a la ciudad de Buzau, a 110 kilómetros, el trayecto en un ferrocarril muy antiguo, provoca la sensación de trasladarse en el tiempo, a través de los diversos paisajes y las montañas nos introducimos en un país que resultaba desconocido para nosotros. A la llegada a este lugar fuimos recibidos por Imy, un chico que nos identifico por ser los únicos diferentes con mochilas al hombro en una multitud.

Nos trasladamos por un camino vecinal a lo que nosotros creíamos era la población de Sarata Monteoru pero nuestro destino era algunos kilómetros más arriba Arbanasi, donde nos dimos a la tarea de participar en el Festival Anual sobre Terrorismo Balcanes 2004, organizado por los estudiantes de la Universidad de Timisoara. Por espacio de una semana convivimos en una mezcla de culturas, tradiciones y Folklore, que nos permitieron adentrarnos aún más en la vida rumana.

Al finalizar este campamento nos trasladamos de nueva cuenta a la estación de Trenes de esta pequeña localidad y nos dirigimos hacia la tercera ciudad en importancia Iasi, que se encuentra cerca de la frontera con la República de Moldavia. Después de un trayecto de casi 6 horas en uno de los más frecuentes medio de comunicación de este país, tuvimos la oportunidad de conocer otra cara de la vida rumana, con ayuda de nuestros amigos Moldavos -que habíamos conocido durante la semana-, recorrimos los monumentos de la ciudad, el Palacio de Cultura (Palatul Culturii), un edificio de principios del siglo XX, con líneas neogóticas, gárgolas y demás decoraciones impresionantes, -durante la visita cayo una tormenta digna de película de suspenso- la Universidad Alexandro Ion Cuza, y las cuevas y túneles que comunican a toda la ciudad, en parte cerrados y utilizados como bodegas, las cuales fueron muy bien aprovechados durante las guerras mundiales para comunicarse de un lugar a otro, sin ser vistos.

Después de un par de días en esta bella ciudad nos desplazamos a la Ciudad Medieval de Brasov, en los Alpes Transilvanos, se encuentra en el centro de Rumania, las aberraciones arquitectónicas de Ceausescu, no hicieron demasiada manifestación en esta ciudad, donde su plaza mayor (Piata Sfatului) conserva el toque de encanto, aunado a su Iglesia Negra, que debe su nombre a un incendio de 1689, la plaza con sus diversos restaurantes al aire libre semeja a algunas de otras ciudades europeas.

Desde la ciudad nos trasladamos a la población de Bran, conocida por albergar uno de los Castillos del famoso Conde Drácula, se encuentra sobre una roca de 60 metros de altura y se utilizaba para frenar las invasiones turcas, fue en algún momento puesto de aduana entre Valaquia y Transilvania y Residencia de Verano de la familia real rumana en los años 20. Realmente es una construcción impresionante.

De regreso y después de un disfrutar de nueva cuenta de la plaza de Brasov, nos trasladamos a la Capital del país con el fin de realizar un recorrido por los diversos rincones de esta, entre los que destacan, el Palacio del Parlamento/Casa del Pueblo, construido en 1985 una obra monumental que fue el sueño de un dictador derrocado y asesinado en 1989, el edificio es el segundo más grande del mundo (después del Pentágono) o el Museo Nacional Cotroceni[2], que fue la residencia de los príncipes rumanos.

Rumania, ofrece una cocina muy variada y elaborada, los platos típicos son diversos algunos como la Mamaliga (Polenta) o la Tochitura Moldoveneasca (carne guisada en una mezcla de salsa húngara) son excelentes. Además el aguardiente de ciruelas conocido como Tuica, o la Palinca, del norte de Transilvania que se obtiene de la destilación de ciruelas, albaricoques y peras.
[1] Dracul significa diablo en rumano, y dado que su padre miembro de la Orden del Dragón Derribado se le conocía con este apodo, a él se identifico como Vlad Draculea, es decir, Vlad hijo de Dracul
[2] Como dato curioso, la entrada al Palacio del Parlamento, no fue posible debido a que se realizaba un congreso y no era posible acceder a él más que posiblemente con previa cita, pero había que solicitarla en Rumano, en contra esquina de este edificio se encuentra el Internacional Hotel Hilton, en donde decidí solicitar ayuda, me presente en el mostrador de atención al cliente y la chica amablemente, después de unas llamadas confirmo que no se podía ingresar, pero nos consiguió una cita para el Museo Nacional Cotroceni, donde se requería acceso con reservación, (ella siempre pensó que éramos huéspedes de su hotel, de lo contrario no hubiéramos conseguido entrar al día siguiente a un Palacio donde se encuentras oficinas de la presidencia, con altas medidas de seguridad y guía especial en lengua española, se accede con detector de metales, no se permiten fotografías y era necesario dejar el pasaporte en consigna)