Venezuela

La República Bolivariana de Venezuela
La pequeña Venecia, fue como la llamo Américo Vespucio tras atracar en sus costas a finales del siglo XV y observar las construcciones levantadas a orillas del lago Maracaibo, hoy en día, estas edificaciones con ligeras modificaciones se encuentran en las chabolas, ranchos o barriadas que rodean a las ciudades como Caracas para establecerse en las montañas o cerros.
El viaje a la República Bolivariana de Venezuela, (no se porque algunos nacionales de este país se espantan con el nombre si, el país en si, es un culto a este libertador) transcurrió con calma, luego de varias horas de vuelo, arribamos al Aeropuerto de Maiquetía el cual dista a unos 25 minutos de la ciudad capital: Caracas. Durante el trayecto es impresionante observar que la ciudad se encuentra situada a los pies del cerro del Ávila con una altura de 2600 metros y continua rodeada por cerros en sus cuatro costados los cuales se encuentran cubiertos completamente por estas edificaciones, tal pareciera que las construcciones estuvieran una encima de la otra y no se observa un sólo espacio libre.
Al día siguiente, después de tomar un desayuno típicamente Venezolano, Perico(huevos revueltos con tomate y cebolla) arepas y caraotas (frijoles) y un buen guayollo (café) nos fuimos a conocer la ciudad, comenzando por el Panteón Nacional, en cuyo interior se encuentran los restos del prócer de la patria: Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios , y otras destacadas personalidades, La plaza Bolívar, que en todas las ciudades de Venezuela esta enmarcada con una estatua ecuestre de este personaje, fue el lugar donde se proclamo la independencia de España y donde posteriormente a raíz de un temblor pronuncio su famosa frase: “Si se opone la naturaleza, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca” la casa de Bolívar, el Palacio de Miraflores, (al cual no pudimos acceder por esta fuertemente custodiado por “círculos bolivarianos” , la plaza Altamira, donde se reunieron los “escuálidos” opositores al régimen de Hugo Chávez del 2002, recorrimos la cota 1000, que es una carretera a 1000 metros sobre el nivel del mar desde donde se divisa la majestuosa ciudad, bella e imponente rodeada de los impactantes distribuidores viales construidos en la década de 1950, cerca encontramos una población llamada el Hatillo un hermoso pueblo que ha sido declarado Monumento Nacional y mantenido su tradición arquitectónica y sus costumbres a lo largo de los años.
Por la noche tuvimos oportunidad de disfrutar de un poco de la vida nocturna de la ciudad, la zona de “las mercedes” es un área llena de restaurantes y bares con todo tipo de comida internacional, desde mexicana, tailandesa, japonesa, italiana, argentina etc.…
Hasta los bares del quinto piso del centro comercial el Tolon y San Ignacio.
Al día siguiente a eso del mediodía nos trasladamos en autobús a la ciudad de Valencia, Estado de Carabobo, donde fuimos testigos de un matrimonio civil de un familiar y dos días después de la ceremonia religiosa y su posterior recepción en uno de los hoteles de la ciudad. Valencia es una ciudad Industrial, con bastantes atractivos, como el campo Carabobo donde se desarrolló una de las más importantes batallas de la guerra de independencia.
Tuvimos oportunidad de visitar en el Estado Falcón, al noroeste de Venezuela, entre las poblaciones de Tucacas y Chichiriviche, el parque Nacional Morrocoy, al cual para visitarlo se requiere ir a los cayos (islas) en lancha. Puede ser una lancha privada de pescadores que puede ser compartida con otros pasajeros o contratada para que lo lleven y lo recojan a uno en la playa preferida y en el horario indicado, optamos por realizar el recorrido visitando varios de los puntos, lo más curioso es que al llegar a un área denominada “Los Juanes” donde esperábamos encontrar una infraestructura de locales gastronómicos encontramos varias lanchas, una de ellas se acerco y atraco junto a nosotros, era una especie de restaurante móvil, con un menú compuesto de cebiche, langosta, camarones y diversidad de mariscos, todo ello lo disfrutamos con una cerveza polar, se puede pagar con tarjeta de crédito inclusive.
Después del matrimonio decidimos seguir internándonos para conocer este país, pasamos por el Estado de Yaracuy, conocido por sus Montañas de Sorte, cerca de Chivacoa donde se encuentran los famosos María Lionza, la reina de las cuarenta legiones, el Negro Primero y Guaicaipuru, conocidos por sus labores de santería y espiritismo que data desde la época de la colonia. Para contrarrestar esta imagen se han colocado en las orillas de las carreteras de este Estado unas figuras colosales de santas y vírgenes para disminuir las creencias sobre las artes obscuras.
Continuamos nuestro viaje a la ciudad de Barquisimeto, Estado de Lara (que debe su nombre a Jacinto Lara, uno de los héroes de la Independencia como casi todos los nombres de los Estados) donde encontramos el famoso obelisco que representa los 450 años de la fundación de la ciudad y los 50 años de su construcción, el Centro Comercial de las “trinitarias” y la población del Tocuyo, (también importante durante las guerras de independencia) donde se producen uvas para la elaboración de vinos.
Pasamos por el Estado Trujillo, tierra de José Gregorio Hernández, un mártir que murió arrollado por un auto (cuando sólo había uno en la ciudad). En la ciudad de Trujillo (conocida como la ciudad portátil dado sus múltiples cambios de establecerse, disfrutamos de un almuerzo, pollo es la especialidad de la zona con una salsa llamada “mojo trujillano” También del tradicional currunchete (dulce hecho a base de miel de panela), queso de páramo y anís en pepita, y tomamos la tradicional chicha andina, bebida espesa a base de maíz, en lo alto de un cerro donde se aprecia la vista de otra gran figura colosal: la virgen de la paz.
Visitando el hermoso pueblo de Trujillo de dos calles una sube y otra baja se tiene la sensación de estar caminando en la época de la colonia. Sus viviendas conservan la armonía en sus líneas arquitectónicas, paredes blancas, puertas de madera, techos con sus aleros y hermosas calles de piedra. Al centro no podría faltar la “plaza Bolívar” que sigue representado ese aire tranquilo de los pueblos coloniales.
En nuestro recorrido hacia la ciudad de Mérida tomamos la carretera trasandina, mejor conocida como la vía del páramo, que es famosa por sus vistas, desgraciadamente por la hora no fue posible apreciar el pico de águila o la laguna de mucubají, que son espectaculares.
En la ciudad de Mérida disfrutamos de la presentación de un famoso cómico venezolano: “Er conde del guacharo” en las presentaciones de la Feria del Sol en el club militar (debido al recinto donde se presentaba aclaro que no realizaría bromas contra el gobierno)
Al día siguiente dado a un estado de emergencia en el resto del país por las lluvias que se presentaron, tuvimos la fortuna únicamente de encontrarnos con una ligera lluvia, pero que no mermo nuestro deseo de conocer la ciudad, visitamos las instalaciones de la feria del sol que son, al igual que todas las ferias latinoamericanas llenas de puestos, negocios y gente.
Comimos en uno de los restaurantes típicos de la ciudad la famosa Pisca andina que no es otra cosa que un caldo preparado con leche, papa y pollo que es un buen levanta-muertos.
El centro de la ciudad de Mérida cuenta también con su plaza Bolívar, el centro está rodeado por edificios coloniales de los cuales resaltan el Palacio Arzobispal, el Palacio de Gobierno, la sede de la Universidad de los Andes (ULA) y la Catedral, en contra esquina un edificio con toque moderno alberga a los juzgados.
Una de las mayores atracciones turísticas de Mérida es, sin duda alguna, el teleférico que va desde la misma ciudad, hasta el pico espejo a más de 4600 metros desde donde se aprecia el Pico Bolívar el más alto de Venezuela. Dicho teleférico es el más largo y más alto del mundo, no pudimos utilizarlo por la intensa neblina que cubría la zona la cual no permitiría que observásemos más allá de 10 metros.
De regreso a rumbo a Caracas por un confortable bus-cama, pagar la tasa de salida (impuesto por salir de la estación) luego de 14 horas arribamos a la ciudad de Caracas, (hubo que desviarse por haberse derrumbado algunos cerros sobre la carretera) aprovechamos el día para comprar algunos chocolates, botellas de ron y cerveza y, al día siguiente, rumbo al aeropuerto visitamos otro pueblo típico llamado el Junquito, donde los embutidos son la especialidad, posteriormente tomamos el avión con rumbo a España (pagamos otra tasa de salida por aquello del incremento de la unidad monetaria)

